Qué particular este lado de la barrera,
el de los toros. Todos esos cuernos afilados,
todas las veces que podrían clavar sus punzopenetrantes cuernos
en alguno de tus frágiles costados.
Particular entonces decidir estar parado aquí,
donde siempre temiste, queriendo, inesperadamente,
graduarte de torero con honores.
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