23 abril 2010

La huída

Huyó de la ciudad cuando todo el mundo corría desesperado por sus calles tratando de encontrar refugio en ella. Cada vez el camino se veía más desprovisto de rastros urbanos, era con cada paso más agreste. Fueron esos pasos los que irremediablemente la condujeron al final de la vía.
En silencio, se sentó al borde de aquel risco, cerró los ojos para escuchar el rumor del viento, buscando sus respuestas, tratando de encontrar en el constante soplido rastros de una señal. Un paso hacia adelante y ya no habría tierra bajo sus pies, uno de vuelta y sería preza de aquella muerte de la que había escapado.

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