06 febrero 2005

Muerte de Sabor Extraño

Ella esta cantando mi banda sonora,
la más hermosa y más inconveniente.
Así de dulce y melodiosa es su voz,
así parece tambien la vida,
cuando creo que empiezo a sentir.
Ese dulce veneno que muchos intensos nombran
es real y casi adictivo,
y a decir verdad,
me resulta imposible renunciar
a la embriaguez que me produce
antes de matarme una vez más.
Miro mis brazos y mi pecho...
aún quedan las marcas de aquella vez
pero lo que no queda,
y en realidad nunca ha habido
es voluntad para retar al hábito
de crear necesidades inexistentes,
así que aquí vamos de nuevo.
Miles de pensamientos fluyendo en mi autopista,
pensamientos con nombre y apellido,
diferente nombre y apellido,
lo importante es darles nombre.
Es lo único necesario para convertirlos
en energía de potencial letal.
Al final, cada vez pueden ser más y más los nombres posibles,
las combinaciones para entregarse una vez más
a la muerte agridulce.
Creo que amo los sabores extraños.

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