04 marzo 2005

En El Silencio

En silencio guardaba mis palabras,
el silencio era sano aquella vez.
El aire se enfermo con tus preguntas,
me obligaste a mirarte y vi tus sombras.
Ojos ocultos tras el odio
destellos turbios empapados en complejos
y esta costumbre mía de vivir entre verdades,
otra vez vociferando lo que no quieres saber,
lo que ya sabes y no quieres oír.
No me gustan tus sombras ni tus luces,
son demasiado parecidas a la sangre,
me dan miedo.
No confío en tus pasos,
ciertamente tampoco en tu quietud,
me huelen a traición.
Yo jamás lo he matado,
posiblemente tampoco lo he parido,
pero algo se ahogó en tu oscuridad
y en tu traición.
cierra los ojos y mira tus manos,
guarda silencio y camina finalmente
a cualquier otro lado.

No hay comentarios.: